Cercenada



A veces sólo quiero llorar...
Sin razón,
Sin un motivo más
Que sentir fluir la vida.
Porque soy un ángel
Con sus alas cercenadas,
Sus heridas aún abiertas
En su pecho y su espalda,
Que le duelen,
Que no sanan...
Y con un corazón de retazos,
Que ahora no es más,
Que un pedazo de trapo.

Dia lluvioso.



Pasó de sol a lluvia en cuestión de minutos.
Y yo sigo aquí disfrutando de un moca,
Viendo la lluvia,
Sintiendo el sonido de las gotas al caer
Y aún con mis lentes de sol
Escondiendo mis ojos tristes y húmedos
Que, al igual que esta mañana fría
No paran de llover.

La aparición de las musas


Míralas volar...
Son miles,
Hermosas,
Musas de agua de mar.

Escúchalas cantar
Sus tonadas nostálgicas
Siniestras sirenas
Que se bañan
En una cascada de lágrimas.

Atrévete a buscar
Y encontrarás dentro de mis ojos
Cientos de hadas inquietas
Buscando escapar una vez más...

Aquí estuvieron siempre, esperando...
Sabían que sólo era cuestión de tiempo
Antes que mi cuerpo se agrietara,
Las lágrimas fluyeran
Y la magia se derramara...