Encontré a esos sentimientos sin dueño
esplayados sobre el suelo,
sus caras impávidas e inexpresivas
me dijeron que habían muerto,
por falta de amor y de momentos.
Creí que me había curado
de estos síntomas molestos:
La taquicardia, las nauseas,
la risa nerviosa, los suspiros...
Odié cuando regresó el corazón roto,
la sonrisa fingida, la desconcentración,
los ojos de sueño y las ganas de llorar.
Y entonces, los sentimientos abrieron sus ojos
y volvieron a volar...
sólo necesitaban verte para despertar...
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